El espacio Espronceda inaugura hoy lunes 13 de junio a las 20h la exposición “Borderlands” de Andrea Wilmsen.
Las fronteras son historia. Las fronteras son noticia. Los viejos muros se derriban mientras que nuevas vallas se erigen. La esperanza está chocando con el miedo a través de estas vallas. La autodeterminación se está manifestando en auto defensa. ¿Dónde ha sido enterrado el sueño de una Europa sin fronteras?
Andrea Wilmsen creció con vallas de jardín y se ve a sí misma confrontada con vallas fronterizas. La artista ha estado en ambos lados de estas vallas y muros en busca de respuestas. Estas fronteras son tanto símbolos como instalaciones físicas para Wilmsen: « No es una frontera especifica o una región en particular. Lo veo más desde la perspectiva de pasar estas fronteras y buscar puentes entre las fronteras físicas externas y las fronteras psicológicas interiores. »
La instalación de Wilmsen es tanto un proceso interior como un documental artístico. Dos proyecciones de vídeo marcan las pautas. La cámara sigue a las costas cercadas hasta llegar a un mensaje que arroja al observador de nuevo al comienzo, mientras que las puertas en la pared opuesta pueden prometer la luz, pero también están dejando al observador con la duda.
Esta visión ambigua y, a menudo contrastante, continúa a través de la parte fotográfica de la instalación y se mueve en finos matices entre la esperanza y la desilusión.
La declaración de Wilmsen no es un documental sobre los problemas fronterizos actuales, sino más bien una visión muy personal sobre los efectos de las fronteras físicas y mentales en nuestra sociedad.
Fecha: Del 14 al 25 de junio de 2016
Lugar: Espronceda Center For Art & Culture, C/ Espronceda 326, 08027 Barcelona (mapa)
Precio: Entrada gratuita


Iniciada a Nova York a la dècada de 1950, moment en què va descobrir aquest llenguatge que el portaria a elaborar més de 40.000 clixés no només de l’efervescent ciutat nord-americana, sinó també de Sant Francisco, Mèxic, Roma, París i Londres. També va fer petites incursions a Barcelona de retorn de l’exili. Territoris, tots ells, altament fotogènics en l’exercici de la fotografia documental i social. És a dir, en la pràctica d’un gènere fotogràfic que madura durant els anys de la segona postguerra mundial amb l’objectiu d’oferir una mirada renovada sobre la realitat socio-econòmica i política, aleshores en plena transformació, i apostar per un món més universalment humanitzat i cosmopolita.
Un cementiri on ningú deixa flors. Uns nínxols que projecten imatges de brutalitat, de sirenes, d’incendis, d’edificis en ruïnes, de persones amb les mans enlaire, de vehicles plens de persones sense drets, de trens sense finestres cap a una destinació coneguda. Un monument sense símbols, que en si mateix els conté tots. Així és aquest Berlin, la ciutat que recorda els seus morts, i El Monument de l’Holocaust de l’arquitecte Peter Eisenman recull d’aquesta ciutat, l’estil arquitectònic racional per parlar dels seus morts.
Las ciudades con sus edificios envuelven nuestro espacio vital y lo transforman. Como la mayoría de la población mundial, que vivimos en este entorno, nos movemos guiados por la disposición de las calles y edificaciones. Pasamos mucho tiempo rodeados por el entorno urbano y como consecuencia, este “envoltorio” forma un escenario, el telón de fondo de la vida social. En este sentido, los edificios actúan como espacio psicológico y se convierten en mundos interiores, simbólicos de una realidad alternativa.
“The Castle” es un edificio construido por imágenes y está compuesto por cuatro partes. El primer capítulo, “The Dead”, se refiere a su moderno mito fundacional: los eventos que conducen hacia el ordenamiento de la Europa contemporánea. El segundo capítulo, “The Organizing Principles”, tiene que ver con cómo se articulan el poder y la autoridad que están en la base de las sociedades europeas. El tercero, “The Castle”, explora el edificio resultante, evidenciando sus elementos de separación y control. Finalmente, el cuarto y último capítulo, “At Twilight”, es a la vez una profecía y un llamamiento. Esta exposición acoge el primer capítulo, “The Dead”, y la publicación “The Castle”, publicada por Dalpine.
La mostra recull una col·lecció de fotografies que pretenen transmetre un instant d’una societat diferent de la nostra. Intenten plasmar el caràcter de les persones i les situacions que sorgeixen durant el viatge. Les fotografies mostren escenes d’Etiòpia, Senegal, Vietnam i Myanmar, i ho fan amb un especial detall al retrat de les persones que conformen aquestes societats.