«Escaparates» de Anna Malagrida

Anna Malagrida (Barcelona, 1970) desarrolla una visión personal a través de la fotografía y el vídeo. Concebidos a menudo en torno a la oposición dialéctica entre interior y exterior, sus trabajos invitan al espectador interrogarse sobre su propia mirada. La ventana, el escaparate, el velo o la frontera son algunos de los recursos utilizados por la autora para hacer dialogar los diferentes espacios y medios.

Su interés por la naturaleza de la imagen fotográfica y su relación con otros medios como la pintura o el vídeo la llevan a explorar los límites de la fotografía, su relación con el tiempo y a cuestionarse su capacidad documental. Este aspecto es desarrollado a través de uno de los recursos más estudiados en la historia del arte que se convierte en protagonista absoluto en toda su obra: la ventana. Una ventana que tiene un papel muy claro: fotografiar una ventana es fotografiar un cuadro, es la imagen de una imagen. La ventana es también una frontera que delimita dos espacios, interior y exterior. Y el vaivén entre esos dos espacios tiene que ver en el trabajo de esta artista con la idea del movimiento y de la duda, la subjetividad de la mirada frente a la certitud de un medio aparentemente racional.

Esta serie de fotografías, comenzada en París a finales de 2008, es un recorrido por los escaparates de bajos comerciales parisinos cerrados o en proceso de remodelación. La autora propone un punto de vista diferente al de la serie Point de Vue que realizó en 2006 y hace referencia a la colección de escaparates que el fotógrafo Eugène Atget catalogó a principios del siglo XX en París.

Las ventanas son fotografiadas desde la calle, no desde su interior, y aparece el reflejo de la ciudad. Ya no es la memoria la que conforma el discurso entre el afuera y el adentro; no hay referencia a la nostalgia de una realidad perdida, sino a la fugacidad que conlleva la desocupación o la reforma de un espacio y el tiempo se muestra como transformación. Los escaparates han perdido su uso, su función, y aparecen como objetos. Los cristales de las fachadas están cubiertos con brochazos de pintura blanca, conocida con el nombre de «Blanco de España» y las fotografías ponen en evidencia el gesto pictórico, anónimo, inscribiéndolo en la historia de la representación –del arte conceptual al expresionismo abstracto‐ y dejan ver las tensiones sociales a través de las inscripciones y dibujos anónimos. El graffiti realizado desde el interior con todo tipo de frases y dibujos se convierte en una frontera que rebota la mirada y nos devuelve nuestro reflejo en el cristal. El interior desaparece y quedan la pintura y el reflejo de una ciudad que se transforma en tiempos de crisis. La depresión económica se encarna en lo abstracto. La pintura blanca cubre los signos de una actividad pasada y nos priva del dispositivo óptico que representa el escaparate.

En esta exposición de escaparates compuesta por fotografías y un vídeo, Malagrida vuelve al tema de la ventana como frontera. En una dialéctica entre opacidad y transparencia, la fotografía se encarna como superficie capaz de representar a la pintura, una superficie tan plana que a veces la mirada del espectador parece rebotar para confrontarse a sí misma. Pero transparente otras, y entonces la cámara capta con aparente naturalidad la poesía de la vida moderna.

Fecha: Del 19 de enero al 19 de marzo de 2011
Lugar: Galeria Senda, C/ Consell de Cent 337, 08007 Barcelona (mapa)
Precio: Entrada gratuita

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