Movimiento y fotografía – ¡qué contradicción! Y no sólo en el el arte. El movimiento – motor de todo cambio – se entiende como un principio fundamental de lo viviente y lo presente como tal, encontrando su exaltación estética en la danza artística. La danza significa movimiento, un movimiento sostenido por la música, la melodía y el ritmo. La danza simboliza dinamismo y continuo cambio.
La fotografía de un movimiento es pérdida y ganancia a la vez. Implica una pérdida porque no puede reproducir la duración de un movimiento orgánico específico. La fotografía fragmenta el espacio y dispersa el tiempo. Lo que queda es una huella de luz reflejada sobre una superficie bidimensional, un fragmento conservado. La fotografía de la danza crea un momento congelado, razón por la cual es más «artificial» que el arte de la representación, pues si bien lo «retrata» sólo puede retener un fragmento de ese arte. La fotografía de la danza muestra el cuerpo bailando como una mezcla de tiempo y luz, como un movimiento apenas asible, viéndose confrontada con la ambivalencia del dinamismo, por una parte, y la fotografía instantánea por la otra.
Esta exposición se compone de más de 50 fotografías – en color y blanco y negro – y una instalación de vídeo realizadas por fotógrafos especializados en danza, algunos de ellos grandes artistas. El resultado son instantáneas del movimiento, interpretado en algunos casos por compañías de danza con una gran trayectoria internacional como las de William Forsythe y Sasha Waltz.
Los autores que han participado en la muestra son Andrea Esswein, Dominik Mentzos, Agnès Noltenius, Vanessa Ossa, Joerg Reichardt, Bettina Stöß, Bernd Uhlig, Gert Weigelt y Peter Welz.
Fecha: Del 4 de junio al 24 de julio de 2008
Lugar: Goethe-Institut Barcelona, C/ Manso 24-28, 08015 Barcelona (mapa)
Precio: Entrada gratuita