No es habitual tener la oportunidad de contemplar el universo personal de un fotógrafo en una exposición, como no lo es tampoco tener la posibilidad de poder ver su evolución, sus desviaciones y sus pasiones a lo largo del tiempo.

Vari Caramés nos lo pone más fácil en su última exposición en la galería Raíña Lupa. Si ya nos regala una visita a la ciudad de Barcelona, a la que ha tardado en volver 8 años, lo hace recomponiendo su universo fotográfico en la propia galería. Nos construye este universo desde la unión de retazos, de recuerdos y de fetiches, que fueron son y serán, esas imágenes que se materializaron en papel y que el tiempo ha hecho madurar. Plasmadas sobre el papel, y nunca un papel cualquiera, el transcurso de “su vida” les ha añadido ese valor que tan solo el tiempo puede añadir.

Sus fotografías, que para muchos recuerdan el noble arte del Hay ku, son las que, con una turbia mirada, crean un universo compacto. Un universo que nos deja una infinidad de interpretaciones posibles, de historias paralelas, de finales felices o infelices. Vari lo explica de este modo: “ Va a parecer que siempre estuvieron aquí, las fotos”.

Caramés tiene el poder de preservar con su cámara esas imágenes, de límites confusos, en los que las sombras cobran vida y nos muestran otro mundo. Imágenes que a todos nos dicen algo más de lo aparente, imágenes que nosotros solo podemos mantener en la retina unos instantes, y que el “caza” para que resurjan de nuestros sueños. Fotos de la nada y del todo que nos hacen olvidar que son solo una mirada del mundo, ya que son todas las miradas a la vez.

Esa falta de luz, o exceso de ella, el movimiento continuo de la vida, los contornos difusos y la masa sobre la línea, dotan a las imágenes de una plasticidad casi matérica. Nos impulsan a acercarnos y nos tientan a tocar, para notar el volumen, traspasar las fronteras, sumergirnos en el agua, el aire, el tiempo.

La fotografía siempre presenta un instante congelado en el tiempo, haciéndonos olvidar su paso, fugaz pero implacable. Vari las ha humanizado haciéndolas “vivir”, dejándolas envejecer, oscurecerse por la luz, coger apresto, ajarse un poco por el paso del tiempo. Las ha conservado como fetiches de la vida, unido como se monta un puzzle, por formas, por temáticas, por pasiones. Y les ha buscado un hogar, una pared, un rincón, una piso; para que siegan siendo lo que son, parte imprescindible de nuestra vida.

Es esta forma tan peculiar, tomando la galería como una extensión de su propio estudio, como concibe y coloca las fotografías en las paredes; como si de un “gabinete de curiosidades” se tratara. Agrupándolas por su propia historia entre ellas y con el, e invitándonos a curiosear entre ellas mientras nos adentramos en su mundo.

Fecha: Del 4 de marzo al 12 de mayo de 2010
Lugar: Galería Raíña Lupa, C/ Consell de Cent 278 – 1º 2ª, 08007 Barcelona (mapa)
Precio: Entrada gratuita