Kowasa Gallery presenta “Fotografía Abstracta (1920-1970)”, una exposición colectiva sobre la experimentación constante de la fotografía con la representación no figurativa y sus aspectos formales. La muestra, que cubre las décadas de 1920 al 1970, una época de máxima creatividad artística en el campo de abstracción, reúne más que 70 fotografías de blanco y negro, realizadas por 62 autores internacionales.

Con la evolución del arte abstracto y la búsqueda de formas de expresión más místicas, nace en la fotografía una tendencia que no trata el mundo superficial y visible de los objetos observados (pictorialismo) ni el leitmotiv de los iconos (simbolismo), sino hace referencia al valor intrínseco de la imagen. Ya bien entrado el siglo XX, la foto pura, que renuncia cualquier necesidad de reconocer objetos familiares, se convierte en punto de partida para la creación fotográfica. Conceptualizando valores tradiciones y aplicando sus elementos de una forma novedosa, la fotografía deja de ser un medio de mera reproducción y representación de ideas para convertirse en el objeto mismo de representación. Así nació la fotografía abstracta, primero como un concepto cuya plasmación teórica supusieron los escritos de Alvin Langdon Coburn en 1916, y luego como prácticas varias que crecieron en las décadas siguientes.

A principio de los años veinte ya fueron muchos los artistas que, a través de la representación experimental de formas, objetos y texturas, recurrieron a la abstracción en busca de la fotografía absoluta. El fotograma, la solarización, la macrofotografía, la microfotografía, las vistas inusuales y la fragmentación son algunos de los recursos que creadores como Carl Strüwe, Jaroslav Rössler, Cesar Domela y Raul Hausmann utilizaron para aportar una nueva visión del mundo y para experimentar con las nuevas posibilidades. Las cámaras fotográficas aumentaron con su “objetividad” el fervor del ojo desnudo. Asimismo, permitieron a los artistas no sólo obtener imágenes sin ningún tipo de intervención, sino también jugar con la ambivalencia tonal, con las transparencias, con los volúmenes y con los elementos cinéticos, resaltando la estructura de los objetos dibujados por la luz. En los años treinta se reveló una nueva gama de objetos fotográficos a manos de los sucesores de Bauhaus en la Escuela de Chicago (Gyorgy Kepes), y de creadores como Ferenc Berko y Willy Kessels.

Al finalizar la segunda Guerra Mundial, la fotografía documental, el Humanismo y el Neorrealismo adquirieron una gran importancia en el ámbito de la creación fotográfica, produciendo un abandono generalizado de la experimentación. No obstante, a partir de los años cincuenta en Suiza y en Alemania de Oeste se produjo un retorno a la abstracción a través de la “fotografía subjetiva”. Bajo el impacto del expresionismo abstracto al mundo del arte, grupos como Fotoform con Peter Keetman, Toni Schneiders y Otto Steinert, recuperaron los métodos y las innovaciones estéticas que marcaron tendencias en la fotografía abstracta –entre ellas, el fotograma- en un intento de crear una nueva base existencial más racional y humana. En las décadas siguientes, una nueva generación de fotógrafos como Mario Giacomelli, Christian Schad y Vilém Reichmann desarrolló su trabajo en la abstracción para expresar sus inquietudes.

Fecha: Del 15 de noviembre de 2007 al 12 de enero de 2008
Lugar: Espacio 1 de Kowasa Gallery, C/ Mallorca 235, 08008 Barcelona (mapa)
Precio: Entrada gratuita